Y amarrado en sus deseos, aquel amigo,
me imploraba:
¡Muéstrame
la Joya! decía, ¡ansío verla!, ¡la necesito!
Veía yo entonces a este amigo con mis
ojos, mas no lo miraba (¿acaso mirar no es de ciegos?) y aun temiendo
lastimarle con mi espada, le dije así:
-Eso que buscas no está en ninguna
parte, no pertenece
a ningún grupo ni religión, no flirtea
con las formas de este mundo. Tú, atado a los nudos de la sinrazón, te insinúas
osado buscador ante un prometedor destino que jamás ha existido porque AQUELLO
que mora imperecedero carece de tiempo para ser conocido. ¿Quién buscándose a
sí mismo viaja lejos para dícese así encontrarse? ¿Qué hora es esa dónde nos
creeremos dueños de un conocimiento revelador? ¿Existe esa hora en la espiral
de la eternidad? No. No. Amigo no. Si todavía anhelas encontrar algo es porque no has entendido lo
esencial del asunto, desear a dios o desear el mundo participa de la misma
trampa, ni tan siquiera has de desear no desear, deseo es deseo, cruenta cadena.
Cuando me gritas que necesitas VERLO no sabes lo que dices porque no sólo ESO
está sencillamente frente a ti, es que ESO ERES TÚ MISMO, pero no te confundas,
no ese sí mismo que piensa que es el mismo, ¡no!, sino ESE QUE ES SIN PENSARSE,
ESE QUE ES EL QUE ES PORQUE YA NADA ES. La Verdad se muestra ante aquel al que
ya no le queda nada, aquel que se lanzó al frío abismo de la pérdida absoluta, ese
que se mató a sí mismo para así poderse dar a luz en la inmortalidad, la
inmortalidad de la Única Realidad que no PODRÁ SER PENSADA sino VIVIDA.
.
"Patricia ha muerto, soy la que SOY"
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