Y una
brisa ardiente intimidó a mis mejillas
mas al volver mi rostro él desapareció.
Y sentí
deseos de pronunciar su nombre
mas la
agitación en mi pecho me paralizaba.
Y en
aquel trágico instante
aciago
delirio de mi más tierno sentir
un frío lamento le arranqué a la Luna
etéreo
y único testigo
que
tanto se afligía por verme sufrir.
Y desde
su atalaya estelar me dijo:
¡SUBYUGADA
AL OLVIDO PERO COMO EL RAYO, AMANTE INMORTAL!
.
"Patricia ha muerto, soy la que SOY"
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