Sendero de embelesos,
que a mi paso reverdece,
delirio del último momento,
enamorada ESTOY.
Suave gesto me dedicaste,
susurrando sólo para mi,
una deliciosa locura,
henchida de contrastes.
ESTE día sellamos la Promesa,
unidos en arrobamiento místico,
fusión alquímica,
candelero en la Noche Inmortal.
Encuentro estallando en mil pedazos,
dos corazones arrebatados,
amándonos tras el eco de una flor,
temblorosos de frío otoñal.
Este amor traspasa lo inalterable,
tu rostro es ave nocturna,
inspiración de un amanecer,
últimas horas de la ilusión.
Adorable pasión que no termina,
melodía de un Príncipe Silencioso,
esposos nunca imaginados,
alborozo de un beso eterno.
¡Qué dichosa SOY, amado!
No es que tu compañía me deleite,
tu nombre es para mí arrebato delicioso,
la sombra de tu voz es suficiente.
Un lazo que no aprieta ni se ve,
sostiene nuestro entendimiento,
la morada del Trueno vertiginoso,
suspendidos en el Árbol galopante.
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