¡Tengo la llave
mas y tú!
Posees la clave,
¿no sabes aún?
Vengo a recordarte
que tu collar
de perlas sempiternas
en tu pecho resplandece,
pende cual Gema Incorrupta,
alegría que no muere,
que no cesará,
que es tuya por SIEMPRE
¡si
no la has olvidado!
Andas por el sendero
de una vida temporal,
cordillera sin venturas
plagada de intrigas,
infestada de dudas,
de huellas apóstatas,
infiel a sí misma.
¡Sal de ese camino, mendigo!
¡Busca la Cumbre!
Apártate de la chusma,
¡marabunta chiflada!
¡turba resbaladiza!
¿Por qué sigues a esos
que dicen ser hombres?
¡Locos estrellados!
¿Acaso también lo estás tú?
Toma mi mano,
ésta que conoce el secreto,
que mora sin obstáculo,
soberana y atronadora,
delicada y sutil,
invencible,
invicta en el Amor,
desposada con la Verdad,
Amante indomable,
aprendiz de Dios.
Raíz y semilla
del Árbol del Sol Naciente,
adoradora de las pepitas vespertinas,
¡ENAMORADA DE TI!
¡TE AMA LA HEREDERA DEL AMOR!
¡Esa que HOY, SOY yo!
.
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